martes, mayo 20, 2008

Etiqueta de la Mesa


Etiqueta de la Mesa

Guía para no hacer el ridículo en la mesa. Buenos modales.

La etiqueta es una parte esencial de la urbanidad. Se refiere al ceremonial de los usos, estilos y costumbres que se observan en reuniones de carácter elevado y serio, y varía según las costumbres de cada pueblo o de cada institución. Por eso, la regla número uno siempre es someterse a los usos establecidos donde somos invitados. Pero no es tan simple. Para llegar a ser realmente corteses no basta con conocer las normas de la moral y de la urbanidad, sino que también es indispensable practicarlas constantemente para formar hábitos de buena educación. Saldrán así naturalmente, sin necesidad de impostarlas, "La mesa es uno de los lugares donde más clara y prontamente se revela el grado de educación y de cultura de una persona" (Carreño, Manual de urbanidad y buenas maneras, Ed. Herrero Hermanos, México, 1920).

La etiqueta en una cena no comienza a la hora de sentarse frente al plato de comida, sino desde que llega al banquete:

Al llegar, haga una breve pausa en la entrada y mire hacia el salón. Esto es para tener una rápida idea de quiénes se encuentran y para ser notado por los presentes. Es importante mantener una buena postura corporal en todo momento.

No entre al lugar de la cena de una forma intempestiva, tampoco se dirija directamente al bar o, si es cena tipo buffet, hacia la comida. Un buen consejo es comer algo liviano antes de ir a la cena, de modo de no estar desmayándose de hambre y (muy importante) tener mayor resistencia al alcohol del aperitivo.

Si hay un cóctel previo, o se sirven aperitivos antes de la cena, conviene abordar grupos compuestos por tres o más personas o a alguien que se encuentre solo. No es recomendable acercarse a dos personas, ya que éstas podrían estar conversando temas privados. Esta es una oportunidad para sociabilizar, por lo que está bien acercarse a personas que no conozca.

Tome la copa con la mano izquierda de modo que la derecha quedará libre para saludar.

Recordar los nombres es a veces un dolor de cabeza. Si no lo entiende al momento de las presentaciones, no dude en preguntar.

En la mesa: Espere a que su anfitrión comience a comer. No gesticule con su tenedor o cuchillo.

Los cubiertos comienzan a utilizarse desde afuera hacia adentro (es decir: se usan primero los que están colocados más lejos de los platos).

El pan (que se encuentra a su izquierda) se unta con la mantequilla sobre el plato de pan y se troza con la mano.

Todos cometemos errores. Si por casualidad se cae su cubierto al suelo, no lo recoja, hágale una señal al mozo para que le traiga otro.

La servilleta se pone en su regazo, se usa antes y después de beber.

Si por algún motivo debe levantarse de la mesa, la servilleta debe quedar en su silla, y volver a colocarla en su regazo al sentarse.

Al terminar de comer, no doble la servilleta. Se toma por el centro y se deja a su izquierda.

Si por error alguien bebe de su copa (que se encuentra a su derecha), no se preocupe, llame al mozo y pida que le traiga otra.

Al finalizar de comer, los cubiertos deben quedar sobre el plato en paralelo, con el mango hacia usted. Las púas del tenedor hacia arriba.

Saber sentarse: La postura no debe ser rígida, tampoco desgarbada. El respaldo de una silla es para apoyar la espalda, manteniendo la columna recta. Los hombres evitarán cruzar las piernas a la altura de las rodillas o separarlas excesivamente. Lo correcto es mantener las piernas verticales, formando ángulo recto con las rodillas. La suela del zapato no debe ser exhibida en ningún momento. En cuanto a las mujeres, y al contrario de lo que muchas puedan pensar, tampoco es bien visto que crucen las piernas a la altura de las rodillas, sí lo pueden hacer a la altura de los tobillos, de esta forma se evita pasar disgustos por la incomodidad del vestido evitando cualquier postura embarazosa para la persona que se tiene enfrente.

En la mesa no se usan mondadientes. Si un pedacito de alimento se le ha metido entre los dientes, discúlpese y vaya al servicio a quitárselo.

No hay que beber ningún líquido mientras tenga todavía comida en la boca.

No se deben escupir los fragmentos no comestibles, huesos, espinas. Hay que sacarlos de la boca (de una forma natural) y dejarlos sobre el plato del cuchillo de la mantequilla, o el propio plato de servicio.

Nunca masticar con la boca abierta.

No meter en la boca una nueva cucharada de alimento antes de tragar el que está masticando.

No hablar mientras tenga comida en la boca.

No utilizar el mantel, la servilleta o cualquier otra tela para limpiar los cubiertos.

No jugar con los cubiertos.

No mantener la cucharilla en la taza mientras bebe café. Tampoco haga ruido de retintín con la cucharilla cuando disuelve el azúcar en el café.

No tratar de alcanzar con las manos todo lo que hay sobre la mesa.

No probar la comida de otro invitado cogiendo un poco con el tenedor y llevándolo por encima de la mesa como si fuese un avión de juguete. La forma correcta de hacerlo es pasar a esa persona el plato del pan o el de servicio que le han puesto, y pedirle que deposite ahí unas cucharadas o trozos del alimento que quiere probar.

No desmigajar el pan sobre la salsa.

No respaldar en la silla de manera que ésta bascule hacia atrás apoyada en el suelo solamente con las dos patas traseras.

No empezar a comer hasta que todo el mundo esté servido.

No se sirve un nuevo plato hasta que todos los comensales hayan terminado el primero y les hayan sido retirados platos y cubiertos. Por este motivo, no debemos comer ni demasiado rápido ni demasiado lento.

No se olvide de dar las gracias cuando le sirvan, tampoco descuide el "por favor" al solicitar cualquier cosa.

No debe apoyar los codos sobre la mesa, le da una imagen de pereza frente a sus acompañantes.

No debe rascarse ninguna parte del cuerpo en la mesa.

Nunca olfatee los alimentos con ademán explícito, ni los examine cual arqueólogo a una reliquia.

No debe soplar sobre la sopa u otra comida ("para que se enfríe").

Al terminar la sopa o caldo, deje la cuchara sobre el plato.

La carne se corta teniendo el tenedor con la mano izquierda y el cuchillo con la derecha.

Debe cortarse pedazo por pedazo y no todo de una vez.

No extienda el dedo meñique mientras lleva el vaso o la taza a la boca; en lugar de verse elegante, se verá ridículo.

No deje sobre el mantel una excesiva cantidad de trozos de pan, evite ser comparado con un pollo.